Los números, presentes en todo momento en cada palabra de los dos candidatos, dominaron el debate y pusieron a cada uno en su sitio, antes incluso de que empezase. Antes incluso de que cada uno de ellos lo supiera.
Mariano Rajoy no tenía mucho más que ganar y, si que podría haber tenido algo que perder. Con unas expectativas de 190-195 escaños, podía ir con la tranquilidad de saberse vencedor tras la confrontación, por muy mal que le pudiesen haber ido las cosas. Lo cierto es que, en gran parte gracias a su oponente, saltó al campo con ventaja.
El ex vicepresidente socialista sí tenía mucho que ganar. Al menos, algo. Pero es que, digan lo que digan, los números pesan. Tanto, que Rubalcaba olvidó por un momento que todavía es 8 de noviembre y que tiene 12 días para tratar de convencer a algún votante. Se dirigió a Mariano Rajoy como presidente. Aquello parecía más un debate sobre el estado de la Nación que un debate electoral. El subconsciente le jugó malas pasadas y ahí fue cuando Mariano se supo ganador.
Rubalcaba se obsesionó por encontrar alguna falla en el programa del PP. Acusó a Rajoy de no cumplirlo, cuando, a estas alturas, probablemente ni se lo haya leído. Y es aquí dónde los números traicionaron a Rajoy. Plenamente consciente de que no puede hacer propuestas concretas, se limitó a esbozar reformas, a apelar al "gran país", "a levantar la cabeza" y a una necesidad del cambio. Propuestas factibles bajo el paraguas de la mayoría absoluta más aplastante de nuestra democracia Propuestas que, precisamente por ambiguas, atraen más al español medio.
A partir de ahí, se contentó con achacarle a Rubalcaba, miembro del Gobierno hasta antes de ayer, los "logros" que nos han conducido a esta situación económica.
Quién ganó o quién perdió pasa a un segundo plano cuando ambos llegaron al debate como ganador y perdedor. Y más allá de errores cómicos, como la confusión entre Rodríguez Zapatero y Rubalcaba en la que incurrió hasta 3 veces Rajoy (lo que sugiere que a lo mejor no fue tal error) Cada uno asumió su rol. Aunque es cierto que Rubalcaba se lo puso a tiro al Presidente, perdón, al candidato popular.
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