miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿El final del túnel?

Después de los famosos "brotes verdes" de la exministra de economía o de las buenas perspectivas del actual ministro, parece que la situación económica española da 1 paso hacia delante y dos hacia atrás.

Hoy, en el Congreso, el ministro de Economía Luís de Guindos ha asegurado que "el dinero para prestaciones sociales se acaba". Ha reconocido que si la situación de la economía continúa así, con malas cifras habituales, las prestaciones podrían comenzar ha recortarse.
Su anuncio parece culpar a los receptores de estas ayudas. Suena a amenaza o a ultimátum, como si los parados las estuviesen recibiendo por gusto, mientras rechazan trabajos.

Esta afirmación demuestra otro fracaso del sistema. Otra nueva falla a sumar a las numerosas que vemos sucederse día tras día, cuando se recortan derechos y ayudas, en muchos casos básicas, pero se habla sin tapujos de miles de millones, de filas y filas de ceros para salvar la desastrosa gestión de apenas un puñado de personas.

Es intolerable que el ministro de economía asevere que no hay recursos para pagar a los parados si la situación continúa así. Perdone, para lo que no habrá dinero, será para salvar a un banco o para rescatar una caja quebrada o para pagarle indemnizaciones millonarias y vergonzosas a los directivos que las llevaron a la quiebra.

Los parados, junto con los pensionistas, son el sector más perjudicado por esta crisis. El número de parados aumenta desgraciadamente cada día, mientras muchos de ellos ya llevan años en busca de un trabajo que no consiguen y no parece aparecer. Mención aparte merecen las causas de este paro que afecta a España. Las causas y los perfiles de cientos de miles de parados son resultado de un lamentable sistema educativo, que va a mostrar sus fallas precisamente en este momento, cuando cientos de miles de personas no puedan incorporarse al mercado laboral por una grave falta de preparación.

Pero dejando esto de lado, por el momento, y esperando una reforma educativa pactada por todas las fuerzas políticas, la situación de los parados debe ser el centro de las acciones del gobierno y amenazarlos con que si las cosas siguen así, perderán su paga, como si ellos fuesen los causantes de su situación, no ayuda ni a tranquilizar ni a animarles a seguir buscando, pese a las grandísimas dificultades que se encuentran.


martes, 11 de septiembre de 2012

La utilidad de los "recortes"

Hace solo dos días, la ya famosa "troika", los hombres de negro, rechazaron el plan presentado por Grecia como solución B al durísimo ajuste que le habían propuesto.
El Gobierno griego pidió aire, más tiempo para llevar a cabo las profundísimas y durísimas reformas que su economía necesita para devolver todo el dinero que se la ha inyectado desde estas instituciones.

Hoy mismo, Portugal recibe el "regalo" por parte de la UE en forma de ampliación del plazo para lograr el objetivo de déficit.

Y por último, en España, el gobierno todavía se debate entre la solicitud o no de un rescate completo, mientras las encuestas señalan que es el país de la UE con mayor número de parados y no estudiantes: ni-ni.

Los recortes, la austeridad, la contención del gasto público...Estos y muchos sinónimos encontramos en las portadas de todos los periódicos, en la boca de todos los políticos sobre todo a este lado del Atlántico.
Pero, ¿están sirviendo para algo estas medidas?

En el caso concreto de España, los recortes en partidas presupuestarias clave se hacen notar cada vez con más intensidad. Mientras, todos los políticos repiten el mensaje de que no se puede gastar lo que no tiene y que el problema es la deuda.
El problema no está tanto en la deuda, menor que la de otros países de nuestro entorno (definición muy utilizada convenientemente por los políticos), si no la capacidad de afrontarla, es decir, los ingresos.
El problema de España y del resto de economías con problemas de la UE es la capacidad de recaudar por parte del estado. En un periodo recesivo como el que vivimos, los ingresos del estado caen estrepitosamente y los gastos, derivados de los mecanismos de corrección de desigualdades creados con el estado de bienestar, aumentan.
Por ello, sería más lógico pensar en una forma de mejorar la eficiencia en la captación de ingresos por parte del estado, es decir, una reforma fiscal que en el caso de España, es más que urgente.
Por supuesto, la austeridad en todas las partidas debe ser la norma. Desde que España entró en la UE, la bonanza económica y las transferencias de la UE hicieron que se cometieran desmanes políticos y económicos.

Además, la crisis económica también está avivando el debate sobre la reforma del estado y, por extensión d e la Constitución. Antes, éste era solo un debate meramente político que se escapa al ciudadano medio. Pero la profunda crisis que vivimos a hecho que se plantee como una necesidad, para hacer de España un estado más eficaz, como cuerpo político y económico.

martes, 4 de septiembre de 2012

Varias comunidades autónomas piden liquidez al Gobierno central de España

Con la petición oficial de Andalucía, el Gobierno central de España ha recibido ya 4 peticiones de "rescate" para algunas de sus CC.AA. El panorama de este nuevo curso político se presenta negro de nuevo, tal y como acabo en julio, con la prima de riesgo desbocada.

Cataluña exigía hace una semana, 5.000 millones de euros para no declararse en impagos. Eso sí, sin abandonar la posición pseudonacionalista, que vestía la petición como una reclamación por el dinero robado.

La Comunitat Valenciana solicitó también 2.000 millones de euros para poder afrontar sus pagos. Estas dos comunidades han sido las más castigadas por esta falta de liquidez, con casos aislados, pero paradigmáticos de lo que significa verdaderamente esta crisis: colegios sin calefacción, cortes de luz a municipios enteros...

Y ahora, Andalucía se suma al carro de las peticiones, solicitando 2.000 millones, como adelanto, para poder afrontar sus pagos a largo plazo.

La imagen que proyecta el país hacia el exterior, en un momento en el que todas las dudas se ciernen sobre nuestra capacidad para financieros y devolver lo pedido, es nefasta. Lo que hay detrás es un problema estructural, que necesita una reforma que va más allá de dos reales decretos o de la archiutilizada austeridad.

La reforma del Estado y de la Constitución se revela cada vez más necesaria.
El Gobierno central promulga medidas cuyo único objetivo es contentar a los "mercados" porque, hasta el estudiante de economía más joven sabe que muchas de ellas se contradicen y tienen efectos contrarios (subir el I.R.P.F y el I.V.A.). Los años de crecimiento exponencial de la economía hasta 2007 mitigaron problemas estructurales, los enmascararon. Pero ahora, cuando las cuentas aprietan, se están descubriendo verdaderas fallas organizativas en el modelo de Estado, y estas declaraciones de las CC.AA. no hacen más que recalcarlo.